Supongo que cualquier persona interesada en la historia del siglo XIX debería interesarse en la llamada Rebelión Taiping.
Aunque el target tendría que reducirse aun más, hasta llegar a aquellas personas que buscan en el siglo antepasado explicaciones complejas para situaciones complejas que rebasen la simpleza de que los chinos son muy trabajadores o de que una crisis representa una oportunidad.
La llamada Rebelión Taiping es apasionante, realmente fascinante.
Escribí un trabajo escolar y el libro de Franz Michael fue clave en la manufacturación de mi texto. Es una verdadera obra de arte por la amplitud de la descripción y el alcance del análisis, además de las fuentes primarias que ofrece.
Spence es un autor interesante. Tiene libros muy diferentes y posiblemente es el autor que más se ha acercado al público que lee lo que las listas le dicen que lea. Es "serio" y en español tenemos algunas obras de él. Su obra, la del centro, tiene un título provocativo, pero sobre todo provocador.
Su tono es menos, mucho menos, académico que el de la primera.
Es como una novela. Desafortunadamente parta él, en español tenemos la Guerra del fin del mundo, que es un tema similar, en muchos sentidos, y el resultado es malo.
De cualquier manera, toda persona que quiera aprender muchos temas de China, terminará leyendo a Spence, sobre todo su Modern China.
Definitivamente Platt, Autumn in the Heavenly Kingdom: China, the West, and the Epic Story of the Taiping Civil War, es, como parte de su título lo dice, es épica.
Nos volvimos a encontrar.
La Rebelión Taiping es trascendente para China y para el mundo.
Aun en su aspectos considerados benignos, positivos, que se enfatizan en respecto a las
Américas, la llegada de los europeos es fundamentalmente violenta. No es en nada positiva, por más que le busquen, sobre todo en sus formas.
Ciertamente, los jesuitas, por ejemplo, fueron conciliadores e intentaron aprender, se dejaron seducir y cedieron hasta tal punto que el papado desconoció su obra.
Uno de los detonadores, alicientes y moldeadores Taiping fue el cristianismo, cuya pretensión, en todas sus formas, es desplazar y eliminar otras creencias que son consideradas inferiores, paganas...
Platt promete una obra que aborda y resuelve algunos problemas a los que se enfrentan los que estudian China y los mismos gobernantes de ese país. Sobre todo el tema de lo interno y lo externo, su relación e interacción.
Por cierto, un asunto muy confuciano.
Entre todo lo que el autor promete, el punto de partida es mostrar que China no era un sistema cerrado, una de afirmación siempre popular.
La afirmación va más lejos.
Demuestra el impacto de la Guerra Civil estadounidense en China y como este acontecimiento impactó en el proceso y resultado de otra guerra civil, que es la forma en la cual Platt denomina a la Rebelión Taiping por cuestiones de carácter teórico-metodológico.
El proceso histórico tiene que ver, sobre todo, con la decisión tomada por Gran Bretaña sobre ambos conflictos, aparentemente inconexos.
Londres fue neutral respecto a Estados Unidos, pero no en China.
Platt ubica a su obra en un espacio global. Lo cual ya es aliciente suficiente para leer el libro.
Hay otro elemento igualmente atractivo. El libro gira alrededor de lo que hicieron seres vivos, personas con nombre y apellido.
La historia no la hacen conceptos o ideas, la hacen personas localizables por un GPS. Son las que crean conceptos e ideas, las cuales no tiene vida propia, independiente de su creadores.
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