Ya bien entrada la década de los noventa del siglo pasado, el interés por estudiar a China en el contexto de las organizaciones internacionales era prácticamente nulo. Los pocos que se interesaban en entrar a ese terreno, estaban llenos de prejuicios y su conclusión estaba sustentada en prejuicios: al gobierno chino no le interesaban las instituciones internacionales. De hecho, aún hoy, por ejemplo en el libro que menciono en una entrada anterior, China Goes Global..., el autor tiene una perspectiva sobre el tema de acuerdo a la cual la actitud de Beijing respecto a las instituciones internacionales es por lo menos ambivalente. De acuerdo a lo que he estudiado y he escrito, mi conclusión es que la etapa en la cual la elite política china consideraba que las instituciones internacionales respondían a los dictados de Washington ha quedado atrás. Los diplomáticos se encuentran cómodamente socializados en todos las organizaciones internacionales, saben cómo utilizarles y les sacan el mayor provecho posible. Cada vez influyen más sobre ellas. Por supuesto, los resultados nos son homogéneos de acuerdo a la composición de las diferentes organizaciones, la relación de fuerzas, pero sobre todo debido a los mecanismos de negociación existentes. Por ejemplo, en la ONU, sobre todo dentro del Consejo de Seguridad, la tendencia es que en los temas más candentes se llegue a un callejón sin salida. Por el contrario, en la OMC, aun cuando tome tiempo, y este nunca será tan largo como en aquella, la negociación tiende a permitir acuerdos.
Donde es más clara la actitud gubernamental china es en su espacio geopolítico. En ANSEA, de la desconfianza total se ha pasado a la profunda cooperación, donde Beijing aparece más cooperativo que Seúl y Tokio. Lo importante, planteado de forma rápida, es, claro la exitosa socialización. Beijing, no solamente participa activamente, negocia de acuerdo a las reglas existentes, sino que también ya ha levantado una institución regional, la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), la cual ya he estudiado en diferentes momentos. Recientemente escribí, junto con Rosángel Mendoza, un texto que "analiza las relaciones —en sus niveles formal e informal— entre la
Donde es más clara la actitud gubernamental china es en su espacio geopolítico. En ANSEA, de la desconfianza total se ha pasado a la profunda cooperación, donde Beijing aparece más cooperativo que Seúl y Tokio. Lo importante, planteado de forma rápida, es, claro la exitosa socialización. Beijing, no solamente participa activamente, negocia de acuerdo a las reglas existentes, sino que también ya ha levantado una institución regional, la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), la cual ya he estudiado en diferentes momentos. Recientemente escribí, junto con Rosángel Mendoza, un texto que "analiza las relaciones —en sus niveles formal e informal— entre la
Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ansea) y la Organización para
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la Cooperación de Shanghai (ocs), enfatizando los elementos que vinculan a
ambas organizaciones en una relación de aprendizaje e imitación. Con base
en este análisis, los autores discuten los procesos de institucionalización y
socialización que ocurren entre ambas organizaciones, así como el papel de
China como vínculo entre Asia central y el sudeste de Asia. Finalmente, exponen
algunas ideas para entender la relación entre la ansea y la ocs en el
contexto del proceso de desarrollo de las relaciones político-diplomáticas en el
sudeste y centro de Asia. En el trabajo, de fuerte orientación institucionalista,
se recuperan planteamientos constructivistas, sobre todo en lo que se refiere
a los tipos de identidad colectiva." El artículo se titula La dimensión institucional en la relación ANSEA-OCS, el cual fue publicado por México y la Cuenca del Pacífico.