Me enojo un día y otro también con muchas cosas. No me gusta un autor, no me gusta un mecanismo de reproducción, no me gusta...
No sirvo para servir al pueblo, ni a los vecinos de los nortes, sean éstos de la orientación que sean.
Porque las descripciones del entorno atrapan, porque el lector es agarrado de la mano y conducido a entornos íntimos, espacios desconocidos. Porque lo sexual es secundario, aún no llego a ello, pero ya estoy involucrado en el juego de los símbolos.
La novela no sobre relaciones sexuales, al menos no solamente y es lo que llamaría la atención. Es acerca de discursos, símbolos y relaciones de poder. Es, sobre todo, acerca de una percepción de la mujer china...
No sirvo para servir al pueblo, ni a los vecinos de los nortes, sean éstos de la orientación que sean.
Por lo demás, mis amistades son excelentes y mis lecturas no podrían ser mejores. Por si fuera poco, me encanta mi comida del lunes y me vuelve loco la del jueves. Mi bebida (leche o agua) de fresa con plátano es mejor que la del supermercado, mi tequila y mi vino tinto están fenomenales.
Yan Lianke, es un autor que necesita ser leído sin tomar en cuenta las políticas gubernamentales respecto a la literatura. Supongo que la fama se construye a partir de las relaciones con los gobiernos, pero la calidad literaria no. Siempre es preciso tener cuidado con los artistas y sus relaciones con los gobiernos-políticos. Algunos siempre buscan crecer a partir de la represión, sobre todo existen algunos que se benefician de lo autoritario y de los dispendioso.
Yan ha escrito una novela que me ha reconciliado con muchas cosas, sobre todo conmigo mismo, con mi deseo de leer electrónicamente, pagar menos y no otras situaciones que no estoy muy seguro si ya deba decir.
Hay varias reseñas de la novela, como la del NYT. Me diferencio de ellas de que no he terminado de leer la obra, pero ya deseo recomendarla y seguramente no me llama la atención lo misma.
¿Por qué habría que leer Serve the People?
Porque las descripciones del entorno atrapan, porque el lector es agarrado de la mano y conducido a entornos íntimos, espacios desconocidos. Porque lo sexual es secundario, aún no llego a ello, pero ya estoy involucrado en el juego de los símbolos.
La novela no sobre relaciones sexuales, al menos no solamente y es lo que llamaría la atención. Es acerca de discursos, símbolos y relaciones de poder. Es, sobre todo, acerca de una percepción de la mujer china...
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