Julio Rivas ha llamado la atención en su país, www.eluniversal.com/2007/03/06/ccs_art_200923.shtml, al iniciar un proyecto muy interesante: la construcción de una enciclopedia virtual dedicada fundamentalmente a China. Rivas, un muy joven venezolano, es muy activo en la internet, ayudando a construir puentes entre América Latina y China.
Las enciclopedias, el conocimiento originado en ellas, pasó de tener un alto estatus a fines del siglo XVIII e inicios del siglo XIX a algo peyorativo a fines del siglo XX. La enciclopedia, como los diccionarios de todo tipo, es el punto necesario de partida para cualquier persona que desea tener conocimiento mínimos sobre cualquier tema.
En la educación los recursos, sobre todos los libres-gratuitos, que se encuentran en la red de redes dividen a las personas: desde quienes no los aceptan hasta quienes los consideran como el santo grial.
La información que se encuentra en la internet debe ser abordad como cualquier otra fuente que uno puede localizar en una biblioteca. Ha hecho más fácil los lados oscuros del proceso del conocimiento, sobre todo el plagio, el cual por cierto no nació con la internet. Al mismo tiempo, muy por encima de lo negativo, hace más fácil, rápido y barato, el acceso a una cantidad de información antes no disponible. Al igual que con las bibliotecas tradicionales, es preciso aprende a usarla para lograr aportar algo al conocimiento. Si una persona no sabe leer, no dialoga con sus lecturas, no aprende a sintetizar, no logra escribir una línea coherente, no importa si vive en la Edad Media o en siglo XXI, no hará nada por el desarrollo del conocimiento. Muchas veces, debatiendo falsamente, confundimos los medios, los instrumentos como el gis-tiza o la computadora, con el fin, facilitar e incrementar el conocimiento. En suma, el problema no es la internet, sino como la usamos.
¿Vale la pena hacer una enciclopedia virtual sobre China? Definitivamente, sí. Pero tiene que ser cada vez menos parecida y dependiente de wikipedia. Amén de que debe ser realizada con responsabilidad, y con fuertes dosis de profesionalismo.
¡Binvenida la idea de Rivas!
Las enciclopedias, el conocimiento originado en ellas, pasó de tener un alto estatus a fines del siglo XVIII e inicios del siglo XIX a algo peyorativo a fines del siglo XX. La enciclopedia, como los diccionarios de todo tipo, es el punto necesario de partida para cualquier persona que desea tener conocimiento mínimos sobre cualquier tema.
En la educación los recursos, sobre todos los libres-gratuitos, que se encuentran en la red de redes dividen a las personas: desde quienes no los aceptan hasta quienes los consideran como el santo grial.
La información que se encuentra en la internet debe ser abordad como cualquier otra fuente que uno puede localizar en una biblioteca. Ha hecho más fácil los lados oscuros del proceso del conocimiento, sobre todo el plagio, el cual por cierto no nació con la internet. Al mismo tiempo, muy por encima de lo negativo, hace más fácil, rápido y barato, el acceso a una cantidad de información antes no disponible. Al igual que con las bibliotecas tradicionales, es preciso aprende a usarla para lograr aportar algo al conocimiento. Si una persona no sabe leer, no dialoga con sus lecturas, no aprende a sintetizar, no logra escribir una línea coherente, no importa si vive en la Edad Media o en siglo XXI, no hará nada por el desarrollo del conocimiento. Muchas veces, debatiendo falsamente, confundimos los medios, los instrumentos como el gis-tiza o la computadora, con el fin, facilitar e incrementar el conocimiento. En suma, el problema no es la internet, sino como la usamos.
¿Vale la pena hacer una enciclopedia virtual sobre China? Definitivamente, sí. Pero tiene que ser cada vez menos parecida y dependiente de wikipedia. Amén de que debe ser realizada con responsabilidad, y con fuertes dosis de profesionalismo.
¡Binvenida la idea de Rivas!
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