sábado, 16 de marzo de 2013

¿CUÁL ES LA CONTRADICCIÓN PRINCIPAL?

Formalmente, a fines de esta semana que termina, asciende finalmente al poder Xi Jinping, apoyado por Li Keqiang. Más interesante que esta dupla previsible es el nombramiento de Wang Yi como Ministro de Relaciones Exteriores. 
¿Por qué es relevante que ocupe el puesto del mítico pero casi olvidado Zhou Enlai?
La experiencia de Wang tiene dos vertientes esenciales. Una es la diplomática y la otra es la académica. Esta última es la más corta, alrededor de siete meses estuvo en el Instituto de Relaciones Exteriores de Georgetown (agosto 1997-febrero1998), estancia que le permite contar con una conocimiento de Estados Unidos de primera mano, aunque limitado. Por donde quiere que se le vea, la experiencia es limitada, posiblemente hasta intrascendente.
En realidad, Wang ha adquirido su experiencia en la burocracia dedicada a temas del Este de Asia. Su contacto y aprendizaje directo se inició en la embajada china en Tokio unos meses después de iniciadas las movilizaciones sociales de 1989 en su país, posiblemente para apaciguar los ánimos contrarios a su gobierno. Además de ocupar puestos importantes en el Ministerio de Relaciones Exteriores, fue embajador de su gobierno en Tokio entre el otoño de 2004 y el de 2007. Al año siguiente, en junio fue nombrado director de la Oficina de Taiwan del Consejo de Estado.
Es evidente que habrá que esperar unas semanas a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, pero por ahora parece que es evidente que el peso de la política exterior china será en lo regional, aunque es altamente improbable que Beijing descuide lo global.
Ahora que lo relevante es, desde mi perspectiva, es el contrato social. Considero que ya es tiempo que se logre uno nuevo, el anterior, originado a fines de los años setenta del siglo pasado, ya resulta totalmente insuficiente. Antes de que el Congreso del Partido Comunista diera inicio, me permite especular sobre el futuro y creo que expuse algunos elementos interesantes que se puede encontrar en este sitio. El trabajo es interesante y particular,  aunque tiene su competencia en el mundo anglosajón, no necesariamente igual, como se puede constatar a leer el texto de ese alumno de aquel señor tan superficial al analizar el mundo, más parecido a la Guerra de las Galaxias que al mundo real.
El éxito, supongo que en esto no hay debate, de las elites dominates, a residido a final de cuentas en el contrato social, tema que necesita discutirse para determinar cuál es la principal contradicción y cómo se va a resolver.



sábado, 9 de marzo de 2013

Cread una idea y...

¡Qué bonita familia!
El concepto científico del desarrollo
Una de las maneras más sintéticas y cargadas de racismo buena onda para descalificar a las elites chinas, sobre todo a las que están en el poder, es atribuir las maravillas de las reformas económicas a su pragmatismo. No me detengo en todas las implicaciones  de ello, pero aporto dos elementos: por una lado, pobres chinos no tendrían ideología-ideas, afortunadamente, y gracias a ello la han hecho (perdón, pero ando muy coloquial esta noche). ¿son las ideas malas? ¿solamente los comunistas tienen ideas y éstas conducen a un callejón sin salida? Por lo mismo, ¿los carentes de ideas la hacen? ¿Las ideas no llevan a nada bueno? Por otro lado, las ideas sirven para dos cosas... y lo único que necesitas es el pragmatismo, un par de manuales, un buen facilitador, y tal vez un poco de 风水. Ahora resulta que el Gran Timonel era pura ideología, el ingenuo no era pragmático; por el contrario, sus herederos, NTPI de nada y solamente hacen  las cosas sin pensar,  están guiados, supongo, por sus instintos. Entonces, resulta que, por decir lo menos, seguimos siendo cazadores-recolectores. No tenemos ideas que nos lleven a vivir mejor, solamente hacemos lo que podemos. 
De hecho, puede ser peor: los chinos son cazadores-recolectores, nosotros agricultores. Ellos son pragmáticos, nosotros democráticos. Respetuosos de los derechos humanos. Además de que esta forma de ver el mundo históricamente resulta una aberración, es predecible y excesivamente aburrida. 
Confesión, que espero no salga de los confines de mi blog: trato de hacer todo con mucho humor, busco salirme de los confines del mundo plano. Me encantan las curvas, la incertidumbre. Sobre todo, encuentro fascinante el mundo de la diversión y de las ideas.
El peso de los procesos históricos del siglo XIX sobre nuestra vida cotidiana del inconcluso siglo XX es abrumador. Las acciones de muchos actores políticos responden a su interpretación de los procesos sociales acontecidos hace más o menos 200 años: las Guerras del Opio, en China; las Leyes de Reforma, en México. 
Para redondear, en la busca de mi solaz, pero también de la mejora del conocimiento de los que se toman la molestia de leerme, me aventuré a escribir un pequeño trabajo donde analizo dos expresiones de las ideas actuales en las relaciones internacionales alimentadas por los acontecimientos del pasado.
La pregunta esencial es: ¿influyeron/influyen/influirán las ideas en la forma en que se han relacionado México y China? 

Ahora que si de formalidad se trata, las páginas que escribí al respecto parten del supuesto de que: los actores internacionales se relacionan entre si armados con ideas, las que les permiten crear-destruir instituciones, cooperar-pelear, siempre tratando de acceder al poder y a las riquezas. El objetivo es realizar un ejercicio para demostrar la importancia de las ideas como moldeadoras de las acciones de los políticos y gobiernos, para lo cual se describen y analizan elementos discursivos que en momentos determinados dan forma a las políticas internacionales de dos gobiernos aquí estudiados, el de China y el de México. El estudio de los discursos permite hablar de actores específicos y entender sus 
conductas.   (Es un cita textual de mi mismo. ¡Qué riqueza plagiaria!)

 El trabajo, quisiera creer, tiene su encanto, pero sobre todo abre caminos para estudios más interesantes  y menos aburridos, pero sobre todo más relevantes que publicados ahora.
 El texto puede ser consultado en esta página, a un click de aquí.

viernes, 1 de marzo de 2013

CHINA MÉXICO

Hacer cosas sobre las relaciones entre México y China me ha provocado mucos conflictos, de tal suerte que incluso le he dado la vuelta al tema y no siempre he hecho lo que se me ha atravesado. La primera vez que tuve oportunidad fue un desastre, para empezar la negativa a proporcionar información de parte de las fuentes, como si tuvieran la gran cosa. Aunque tal vez por eso no la proporcionaban, no tenían nada digno de mostrarse; es más, posiblemente ni archivo tenían. En fin, una actitud muy rural. Luego fueron otras situaciones no más placenteras.
Luego, casi de repente, y por razones que no viene al caso contar, tuve la oportunidad de participar en proyecto de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México en un proyecto para conmemorar el bicentenario de la independencia de México, que obviamente (sic) saldría publicado en 2010.
Bajo la coordinación de Mercedes de Vega, compartiendo créditos con José Luis Léon (UAM) y Juan José Ramírez (El Colegio de México), me tocaría realizar la investigación sobre la parte correspondiente a la historia de las relaciones con China y con India. Una verdadera delicia que era imposible rechazar.
Resultó mejor de lo que me podía haber imaginado. Mercedes resultó ser una excelente coordinadora: organizó seminarios, pero sobre todo hizo todo lo que estaba a su alcance como funcionaria y los reglamentos-leyes correspondientes, darnos acceso a TODO lo disponible. Además, hacía mucho que no estaba en un archivo y tuve la oportunidad de ir a Delhi a hacer un poco de investigación. Aprendí como casi nunca, me divertí mucho y resultó un trabajo muy interessante. Si usted desea leerlo, pues gracias.  ¡Bienvenido!