sábado, 30 de junio de 2007

LEY LABORAL CHINA


Habrá que esperara los resultados.

Por lo pronto, el viernes pasado, 30 de junio, 2007, la Asamblea Popular Nacional de la República Popular China aprobó una ley laboral, la primera en su tipo en la llamada era de la reforma y la apertura, tanto al interior como hacia el exterior.

Se trata de un tema extremadamente importante, sensible, respecto al cual es preciso, muchas veces, leer entre líneas lo que los implicados realmente quieren decir, más allá de la carga de hipocresía que loas declaraciones llevan.

Sin detenerme en lo que ha pasado y dicho en relación a la legislación, se pueden consultar lo mismo en castellano como en inglés fuentes accesibles, voy a explicar lo que es relevante para entender el funcionamiento del sistema político chino, al menos parcialmente y desde mi perspectiva.

Lo más importante es que la existencia de la nueva legislación, que entrará en vigor hasta el año entrante, 2008, nos permite entender aspectos muy importantes respecto a la relaciones sociales y la manera en cómo se hace política en China. Alrededor del tema laboral ha existido un intenso debate y su aprobación no cae del cielo, aunque se ha acelerado su aprobación debido al “descubrimiento” de cientos de personas que trabajan en condiciones terribles en la provincia de Henan o los accidentes fatales como el Pingdingshan, de la misma provincia. La ciudad cuenta con alrededor de 1 millón de habitantes y es asiento del grupo Minero Carbonífero Pingdingshan, uno de los más grandes del país, el que produce 30 millones de toneladas anuales de carbón.

Uno de los presupuestos esenciales respecto a la manera de hacer política en China es que, de acuerdo a la mayoría, es un proceso esencialmente vertical, informal-ilegal, y realizado por un pequeño grupo de personas. De acuerdo a esa percepción, el gobierno chino no sería susceptible a presiones.

Sin embargo, la nueva ley nos muestra un panorama considerablemente diferente. La aprobación de la ley, justamente en este momento, ha sido producto de la sensibilidad política de los asambleístas ante los problemas de diferentes provincias, sobre todo en la mencionada Henan.

Más importante aun, sobre todo para los interesados en los sistemas políticos, la ley es producto de arduos procesos de negociación entre diferentes interesados, lo mismo del gobierno como fuera de él, tanto de China como del extranjero. Es decir, en ningún momento es posible demostrar que, al menos este proceso legislativo sea producto de una decisión unilateral de los más altos escalones de la burocracia política en Beijing; por el contrario, las fuentes coinciden en señalar que ha sido el resultado del cabildeo, enfatizando el realizado por al empresas transnacionales.

Para nadie es un secreto que uno de las ventajas de China frente a otras economías, es su fuerza de trabajo: número, costo, disciplina, preparación, posiblemente en ese orden. A nadie, sobre todo en el extranjero, se le ocurre nunca, cuando protesta por las prácticas desleales comerciales chinas o por los subsidios reales del gobierno, exigir que los trabajadores chinos dejen de subsidiar el crecimiento económico con sus salarios bajos. De ahí que, según la información disponible, alguna proporcionada en los hipervínculos, algunas empresas han amagado al gobierno chino para que no se aprobara la ley laboral. Las transnacionales han negociado duro, desde la intransigencia iniciar, para arrancar al gobierno y los legisladores algunos aspectos a su favor; de hecho, lo han logrado y la legislación no es exactamente la que inicialmente se presentó.

Por presiones y procesos de aprendizaje de diferente origen, los diferentes niveles estatales chinos han estado modificando, mediante la reforma o la formación de institucional, la estructura del Estado. Las reformas institucionales son más o menos complejas, ya que se tienen que son producto de las negociaciones internas como de las externas, sobre todo con organismos como la Organización Mundial Comercio.

En síntesis, conforme forma parte más orgánica del mundo y en la manera en que negocia con otros actores internacionales, China se transforma y trata, a su vez, de cambiar al mundo. Supongo que lo primero es más claro y rápido que lo segundo, al menos por ahora.

La nueva ley laboral no va hacer que el capital extranjero se vaya en estampida, ni ahora no en 2008; pero tampoco, desafortunadamente, los trabajadores verán mejorar sus vidas de manera sustancial. Son la columna vertebral de los éxitos económicos de su país, por lo mismo seguirán financiándolo con su sudor y exiguos salarios. No se debe perder de vista, pese a ello, que el país, casi en todo sus aspectos ha cambiado radicalmente en algunos casos, inclusive las transformaciones en los procesos de toma de decisiones no son menores.

Foto tomada de: http://route6walk.com/PastArticles/articleimages/042904PHOTOS/0031.jpg

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