jueves, 30 de mayo de 2013

¿AL DIABLO LAS INSTITUCIONES?

Ya bien entrada la década de los noventa del siglo pasado, el interés por estudiar a China en el contexto de las organizaciones internacionales era prácticamente nulo. Los pocos que se interesaban en entrar a ese terreno, estaban llenos de prejuicios y su conclusión estaba sustentada en prejuicios: al gobierno chino no le interesaban las instituciones internacionales. De hecho, aún hoy, por ejemplo en el libro que menciono en una entrada anterior, China Goes Global..., el autor tiene una perspectiva sobre el tema de acuerdo a la cual la actitud de Beijing respecto a las instituciones internacionales es por lo menos ambivalente. De acuerdo a lo que he estudiado y he escrito, mi conclusión es que la etapa en la cual la elite política china consideraba que las instituciones internacionales respondían a los dictados de Washington ha quedado atrás. Los diplomáticos se encuentran cómodamente socializados en todos las organizaciones internacionales, saben cómo utilizarles y les sacan el mayor provecho posible. Cada vez influyen más sobre ellas. Por supuesto, los resultados nos son homogéneos de acuerdo a la composición de las diferentes organizaciones, la relación de fuerzas, pero sobre todo debido a los mecanismos de negociación existentes. Por ejemplo, en la ONU, sobre todo dentro del Consejo de Seguridad, la tendencia es que en los temas más candentes se llegue a un callejón sin salida. Por el contrario, en la OMC, aun cuando tome tiempo, y este nunca será tan largo como en aquella, la negociación tiende a permitir acuerdos.

Donde es más clara la actitud gubernamental china es en su espacio geopolítico. En ANSEA, de la desconfianza total se ha pasado a la profunda cooperación, donde Beijing aparece más cooperativo que Seúl y Tokio. Lo importante, planteado de forma rápida, es, claro la exitosa socialización. Beijing, no solamente participa activamente, negocia de acuerdo a las reglas existentes, sino que también ya ha levantado una institución regional, la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), la cual ya he estudiado en diferentes momentos. Recientemente escribí, junto con Rosángel Mendoza, un  texto que "analiza las relaciones —en sus niveles formal e informal— entre la
Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ansea) y la Organización para
Fuente: http://images.china.cn/images1/200512/233803.jpg
la Cooperación de Shanghai (ocs), enfatizando los elementos que vinculan a
ambas organizaciones en una relación de aprendizaje e imitación. Con base
en este análisis, los autores discuten los procesos de institucionalización y
socialización que ocurren entre ambas organizaciones, así como el papel de
China como vínculo entre Asia central y el sudeste de Asia. Finalmente, exponen
algunas ideas para entender la relación entre la ansea y la ocs en el
contexto del proceso de desarrollo de las relaciones político-diplomáticas en el
sudeste y centro de Asia. En el trabajo, de fuerte orientación institucionalista,
se recuperan planteamientos constructivistas, sobre todo en lo que se refiere
a los tipos de identidad colectiva." El artículo se titula La dimensión institucional en la relación ANSEA-OCS, el cual fue publicado por México y la Cuenca del Pacífico.

     

¿ES TODO SEGÚN EL CRISTAL CON QUE SE MIRA? PERCEPCIONES SOBRE CHINA

Desde hace algunos años, me ocupado del asunto de algunas de las percepciones expresadas por algunos mexicanos sobre China. Inicié con un pequeño texto, El dominio de las emociones: percepciones mexicanas sobre China. (pp. 455 y ss.) Posteriormente, estudié imágenes, sobre todo de portadas de algunas revistas. Sin embargo, no quedé satisfecho con el resultado y nunca intenté publicar el texto.
Fuente: www.sldinfo.com/wp-content/uploads/2013/01/China-trade-dragon.jpg
Como maldición, bueno simplemente como boomerang, me uní  con dos colegas, Romer Cornejo y José Luis León, y escribimos un texto sobre el mismo tema. Apenas acaba de ser publicado el trabajo en Latin American Policy. El texto, Trade Issues and Beyond: Mexican Perceptions on Contemporary China,  se ocupa de lo que algunos políticos políticos han expresado en la prensa y lo que un cierto número de académicos han escrito sobre China. En fin, la importancia radica en el hecho de que, escribió un clásico, las percepciones crean intereses.

¿Existe el occidentalismo? China en América Central y el Caribe

Supongo que la respuesta tendrá que ser afirmativa, al menos si entendemos como regiones del llamado occidente son folclorizadas, feminizadas sexualizadas. Por ejemplo, América Central y el Caribe cumplen la función de cumplir con el papel que la naturaleza les asignó: su aportación al mundo son materias primas, no dan para más. Algo similar se podría decir sobre sus personas, son felices, pachecos, son buenos para la música y el baile, viven de lo que cae de los árboles o sale del bolsillo del turismo. Se trata de pueblos pasivos, penetrables. Lo más importante es la naturaleza, el paisaje, no la gente.
Fuente: www.gocaribe.cl/wp-content/uploads/2012/05/playas-Caribe.jpg
Obviamente, la realidad siempre es más compleja; sobre todo, los seres humanos, valga la redundancia, vivimos en el contexto de relaciones sociales multidireccionales, donde los actores siempre tienen algún margen de negociación.
Todo esto viene a cuento por el papel de China en la región mencionada. Desde mi perspectiva, las interacciones de los chinos en esa zona es multidimensional y no se reduce al asunto de las materias primas, tal como se le percibe generalmente. De ello me ocupo en China in the Central America and the Caribbean Zone en la revista Latin American Policy
   

CHINA GOES GLOBAL. THE PARTIAL POWER


Acabo de leer este libro, me interesó a tal grado que escribí una reseña que ya aparecerá en Estudios de Asia y Africa.
No voy a fusilarme (plagiarme) a mi mismo, por lo cual no copiaré lo que escribí hace unos días y que ya podrá ser consultado. Lo que si adelanto es que es un libro que tiene que ser consultado por todos aquellos que se interesan en las políticas internacionales. Hay muchas razones para ello, pero resalto que se trata de un exitoso esfuerzo para lograr una visión totalizadora de lo que se estudia.
Por supuesto, como especialista quedé insatisfecho con algunos aspectos, pero la satisfacción es mayor. Lo que ha conseguido el autor es demostrar que, efectivamente, aún China es un poder parcial. De lo cual los políticos chinos son los primeros en tenerlo claro.
Mientras que uno se decide a leer el libro, hay una serie de videos donde el autor explica sus principales argumentos: