viernes, 14 de diciembre de 2007

ESTAMPAS NACIONALISTAS MEXICANAS “LIBERALES”



Most of what most people think they know about Chinese -- especially when it comes to Chinese characters -- is wrong
http://www.pinyin.info/index.html

¡Que se dice Pekín, con un carajo! es el sugestivo título de un texto de opinión de Román Revueltas Retes, el cual apareció en el diario mexicano Milenio el 26 de noviembre de 2007. El escribidor, como él bautiza, muestra su impaciencia con los que escribimos exactamente como él cree [enfatizo el verbo] que no se debe y externa su enojo porque “diarios y locutores comenzaron a asestarnos ese Beijing deletreado, encima, con una grafía absolutamente ajena a nuestra consonante más emblemática –ni más ni menos que una jota cuyo sonido gutural es exclusivo del castellano…-, desde ese momento de claudicación ante la fonética extranjera, por no hablar de que nos bajamos los pantalones por orden expresa de los tiranos del tenebroso Partido Comunista de la asiática (y, mira, ninguno de los diputadotes de la Cámara Bajísima ni de los Senadores de la Menos Baja salió en defensa de nuestra soberanía) repito, desde ese instante sentí una oleada de nacionalismo lingüístico. Pero, nadie pareció darse cuenta de nuestro sometimiento a los dos imperialismos –el de la lengua inglesa y el del régimen chino- ….

¡Vaya mancillada! ¡Malditos chinos, nos bajaron hasta la jota! ¡Con un ser luminoso, europeo y liberal si me hubiera gustado! Pero, oiga usted, un asiático, y chino, eso si que no. Me sumo en la penumbra del desconsuelo.

Entre otras cosas, la sesuda argumentación de Revueltas hace que uno recuerde la triste defensa gubernamental mexicana, sobre todo a fines de los setenta y ochenta del siglo pasado, del castellano y lo que hace al respecto el Partido Popular en España. Salgamos a la calle cantando: Mexicanos al grito de guerra, al sonoro rugir del cañón, defendamos nuestra lengua.

¡Qué pena!

El texto citado es porque “me sumo [dice Revueltas] incondicionalmente a la causa del idioma español en lo que toca al nombre de la capital china” hecha por Luis González de Alba, quien redactó La capital de China se llama Pekín, publicado en el mismo diario un par de días antes.

Se trata de una opinión más o menos informada, con demasiadas confusiones e imprecisiones, que desde la corrección política debe ser respetada, pero que carece de sustento como para tomarse como conocimiento de peso más o menos científico. No transmite conocimiento, simplemente toca la sensiblería de los que saben aun menos que el divulgador y es la materia prima para ayudar a salir del paso de la presión diaria: ¿qué escribo? Fácil: sobre lo que otro escribió, pero lo hago de manera estridente para que suene serio y lleno de convicción. De paso defiendo la patria, el idioma, las buenas costumbres. Nuestra lengua, serpía la primera en la historia, no debe acpetar extranjerismo alguno.

Envolverse en la bandera lingüística y tirarse sin educación a la inmensidad de los procesos sociales es algo que viste, lleva al panteón de los ilustres. Sumarnos al desconocimiento, en manifestaciones callejeras o en las páginas de los diarios, conduce por la vía rápida a sumirnos en las tinieblas de la incultura: me sumo incondicionalmente a quienes creen que ni la realidad ni la historia existen. ¿La ciencia se hace juntando firmas o “defendiendo la lengua”?

Opiniones como la señaladas, aderezadas con adjetivos ad hoc y algo de información sacada al vuelo seguramente de internet, lo cual no es negativo per se, desinforma y lleva a fortalecer nuestra ignorancia.

¿Cuáles son los nada novedosos argumentos de González de Alba? Todo se reduce, a final de cuentas, si mal no recuerdo, por un texto anterior, a que por mis pistolas no digo/escribo Beijing.

Todos los procesos sociales resultan siempre más complejos de lo que creemos, sobre todo cuando no los estudiamos seriamente.

Suponiendo que alguien me lea, y que previamente tenga conocimiento de los textos sarriba hipervinculudos, voy seguir la argumentación expuesta numéricamente por González de Alba.

1. En TODAS las lenguas, no solamente en las “principales”, y las variantes fonéticas dentro de las mismas se hacen “adaptaciones” para pronunciar. Fenómeno que pasa no solamente con las palabras de lenguas diferentes a la propia, también pasa con las de la lengua materna. Pensemos, por ejemplo, en las maneras en como pronunciamos en el mundo castellano hablante UNAM; las desiguales formas en la cual los mexicanos dicen Chihuahua; o en las adaptaciones que hemos hecho de los toponímicos nahuas, recordemos la elusiva X.

Más allá del aspecto político, que siempre existe, no podemos seguir como hace siglos en la ignorancia o, si se quiere, en el conocimiento parcial. Pekín NO es una adaptación que los castellano hablantes hicieron del “chino”, se trata de una adaptación seguramente hecha por los franceses hace unos cuatro siglos y retomada en otras lenguas. Fue hecha sobre la base de la ignorancia, la cual afortunadamente ha decrecido, aun cuando nuestros escribidores persisten en convencernos de lo contrario. Por si fuera poco, y ahora si encontramos una adaptación, los castellanohablantes tienden a comerse la g, sobre todo cuando hay ng al final, como Beijing. Peking quedó en Pekín.

En suma, hoy sabemos más del idioma llamado chino. Usamos Beijing gracias al conocimiento acumulado durante muchos años, no por “política”. En la misma China, ni siquiera en Beijing, no todo mundo pronuncia igual.

2. Desde por lo menos los año 936-38, la actual capital china ha sido bautizada de diferentes maneras “por las peores dictaduras”: 中都 Zhongdu o 大都 Daduentre otros nombres. El mérito de haber llamado con su nombre actual a la capital no corresponde a ningún dirigente del Partido Comunista Chino, eso se debe a los “dictadores” de la dinastía Ming (1368-644), quienes primero la llamaron Beiping y luego el emperador Cheng Zu, en 1402, la nombró como la conocemos hoy en día. En todo caso, el gobierno que llegó al poder en 1949 “recuperó” el nombre de Beijing, el cual había sido cambiado por la “dictadura” nacionalista a fines de la tercera década del siglo XX, cuando se le denominó 北平 Beiping/Peiping, literalmente Paz del Norte. Los dictadores comunistas hicieron exactamente lo contrario a lo que en la versión de la historia de González de Alba hacen los malos.

Suplir nuestra ignorancia sobre el funcionamiento del sistema político chino con adjetivos disfrazados de conceptos impide que entendamos qué y cómo suceden los procesos sociales en la República Popular China.

Lo mismo vale para la escritura, que no está compuesta de dibujitos. Sin duda, dos de las características de esa escritura son su enorme poder visual y ser instrumento de control político-administrativo, lo cual se puede apreciar en muchas partes. La película Héroe es excelente para entender un poco lo señalado, sobre todo la escena alrededor de las dos decenas de formas para escribir espada.

Mientras que aún hoy mucha gente cree que los sinogramas, literalmente la escritura de los han-hanzi, son ideogramas o pictogramas, en lo que hoy llamamos China desde hace más de dos mil años se sabe que existen seis tipos de sinogramas o liushu: Xiangxing, pictogramas; zhishi, indicativos; huiyi, ideogramas; xingsheng, fonográficos; zhuanzhu, cuando surgen nuevos sinogramas a partir de viejos; y jiajie, préstamos fonéticos. La inmensa mayoría, más del 82%, no son dibujitos. Los ideogramas serín como un 1% y los pictogramas, el resto son fonéticamente complejos y agregados lógicos. El llamado chino es muy activo, entre otras razones porque en la vida cotidiana nos encontramos sinogramas como el que encabeza esta entrada, biang, y 氵九 , jiu [van juntos y forman uno] que no existen en los diccionarios pero que laobaixing los usa.

(Hay varias explicaciones, todas similares, sobre el tema, como la de Logograma.

Si durante siglos la transliteración ha sido un problema/reto para los occidentales, para los propios chinos ha sido un desafío en materia educativa, sobre todo desde inicios del siglo XX: ¿Cómo enseñar a leer y a escribir una lengua endiabladamente complicada y dominada durante siglos por un grupo de personas relativamente pequeño?

Los esfuerzos, muchas veces bajo la forma de poderosos movimientos sociales, como el de impulso a la escritura baihua 白话, son los que explican los cambios y nos los malos de la historiaPor supuesto, las políticas gubernamentales han sido numerosas, empezando por los intentos de unificar la “pronunciación correcta” en 1912 hasta la simplificación de la escritura de los años cincuenta, pasando por la creación del pinyin, sistema de transcripción fonética que nos pone en condiciones de evitar dentro de lo posible las “adaptaciones” y no hacer lo que nos venga en gana.

La “política” no es ajena a estos procesos sociales, sino que forman un todo. Ya sea el enfrentamiento a los imperialismos culturales que lleva a replantear la forma de transmitir el pensamiento o bajo la forma de mejores sistemas educativos, la política siempre aparece.

La escritura, creación social, crea socialmente a los seres humanos. Es un instrumento esencial de formación, pero también de poder. Igualmente es un instrumento maravilloso para que nos comuniquemos con otras culturas, que no necesariamente nos imponen algo; por lo demás, las lenguas se forman también y destacadamente de préstamos.

3. Si de mantener nuestro conocimiento en bajos niveles se trata, pues que cada quien haga lo que quiera. Total, los chinos son malos y nos imponen exigencias, sobre todo de usar un sistema de transcripción fonética. Por cierto, la historia del pinyin, que no es de 1979, es más complicada. De hecho, el idioma en debate, como todos, se modifica cotidianamente independientemente de las políticas gubernamentales, que en China son importantes por los menos desde el año 221 a.n.e. Saber más y contar con mejores herramientas para entender a otros pueblos no sirve, ya que ante todo está la defensa de mi lengua. Bello en el siglo XIX, supongo, pero terriblemente dañino para la formación de los que nos leen en el siglo XXI.

¿Para qué estudiar la política china, son unos dictadores, o su escritura, son dibujitos? ¡Cerremos las universidades! ¡Me sumo incondicionalmente a la ignorancia! ¡Malditos imperialistas que quieren destruir mi idioma! ¡Ataquemos el cuartel general!

La escritura china y su traducción pueden ser estudiadas de forma sistemática, no se necesita recurrir al misterio o al exotismo.

Por lo demás, les recuerdo: ¡Que se escribe Pequín, con un carajo! Al menos, según la imperialista y dictatorial Real Academia de la Lengua.

[Entre otros muchos elementos sería interesante analizar el machismo de los argumentos y de la forma de plantearlos]

[El uso de la escritura china plantea mucho problemas, algunos de los cuales siempre terminan en política. Por ejemplo, desde por lo menos 2006 se sabe que la ONU dejaría de usar en 2008 la escritura fantizi, para escribir solamente en jiantizi. Políticamente, excelente medida, supongo. Culturalmente, nada peor, estoy seguro.]

Las imágenes fueron tomadas de:
http://www.cynical-c.com/archives/cat_wikipedia.html
http://home.wangjianshuo.com/archives/2007/06/24/screen-chinese.characters.PNG

1 comentario:

  1. Anónimo10:20 a.m.

    ¿Como? O sea que también debieramos decire Zhōnghuá en lugar de China???

    ...Deutschland en lugar de Alemania, y...

    P.D.

    Para quien está interesado en la cultura/politica/etc de un pais no le perturba o confunde llamarlo de su forma local, al contrario, lo enriquece ya que ese conocimiento lo agrega a todo lo demás.

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